Colometa que había salido de la sala de reuniónes con el miembro de la Iglesia, pensó que era más interesante poner manos a la obra en el siguiente tema de sesión. Entró decidida y saludó cortésmente a los compañeros síndicos que allí ya se hallaban:
-Buenas noches tengan Ustedes. Hizo reverencia y tomó asiento en uno de los bancos.